Cuando llegue mi hora, mi muerte,
sin miedo iré a la cita,
pues nadie ríe sino llora,
y nada se aprecia, si no se quita.
Pero mírame a los ojos
cuando oiga la llamada,
pues grabaré tus labios rojos
y mi mirada...,
sin miedo iré a la cita,
pues nadie ríe sino llora,
y nada se aprecia, si no se quita.
Pero mírame a los ojos
cuando oiga la llamada,
pues grabaré tus labios rojos
y mi mirada...,
morirá de ti..., enamorada.